Embajada Onzagueña

En el Alto de los Padres se ubica la Embajada Onzagueña, un restaurante donde trabaja la familia Velandia Ochoa, con raíces en la provincia de Guanentina, en los municipios de Onzaga y San Joaquín, pero también de Bucaramanga.

En este caso quienes hacen una tarea muy importante por salvaguardar saberes de la cocina tradicional de Santander son tanto la señora Julia, Don Josejoviniano y Jose Luis. Este restaurante surgió ante la necesidad de ofrecer alimentos a caminantes que subían los fines de semana al Alto de los Padres. En un comienzo, vendieron empanadas y gaseosas. Luego fueron ampliando la oferta de preparaciones para el desayuno y el lugar fue creciendo con el tiempo, hasta obtener el mirador que los caracteriza actualmente.

La señora Julia trabaja en casi todas las preparaciones, cuida mucho de la manera como se cuida al comensal y el servicio.

Don Josejoviniano nació en Onzaga donde aprendió los elementos básicos para la preparación del sancocho de chorotas, un plato que se ha ido perdiendo con el paso del tiempo, pero que en ese municipio encuentra fortaleza especialmente en momentos como el Festival del Maíz. Sin embargo, fue cuando decidieron abrir el restaurante que empezó a perfeccionar su elaboración, hasta que logró posicionarse como uno de los platos preferidos por los comensales de este lugar.

Hay una conexión clara entre el municipio de origen de don Josejoviniano y la comida que se elabora y salvaguarda en este lugar. Aquí, buscan que se encuentre la oferta gastronómica de un municipio que aparentemente está distante de Bucaramanga, un lugar para quienes requieren reconstituir el vínculo con su lugar de origen y con los sabores del departamento.

Por su parte, Jose Luis se ha interesado por aprender técnicas de elaboración de alimentos como los embutidos y poco a poco, inició en los saberes de la panadería criolla, y ahora ha posicionado sus pandebonos, pandeyucas, mantecadas, tortas de auyama y galletas de avena.

Actualmente elaboran arepas de trigo, arepa onzagueña, sancocho con chorotas, carne oreada, mute, cabro, costillas de las finas hierbas, caldo de huevo, caldo de carne, arepa amarilla, chorizos, entre otros.

La comida de Doña Julia, Don Joviniano y Jose Luis es la recompensa perfecta para para ciclistas y caminantes.